Los que hayan ido al cine este fin de semana en el Reino Unido se habrán quedado de piedra al ver, minutos antes de la proyección de la película, un anuncio al más puro estilo teletienda, donde se ofrece un rifle de asalto AK47 para salvar al mundo.
Todo se debe a una campaña de Amnistía Internacional con la que intentan sensibilizar a la población acerca del escaso control internacional en el comercio de armas. Kate Allen, director de Amnistía Internacional en este país, ha declarado: "algunas personas pueden encontrar nuestra publicidad molesta, pero lo que es realmente impactante es que cada minuto muere una persona por un arma de fuego". Podéis ver los anuncios en esta página web en diferentes formatos.
Esta campaña coincide cuando en esta misma semana leemos que los italianos tienen desde ahora el derecho a disparar a quien invada su hogar o negocio con intención de agredir o de robar. La ley de autodefensa doméstica es una de las últimas aprobadas por el Parlamento en la actual legislatura.
Hasta ahora, la ley se limitaba a requerir "proporcionalidad" en la respuesta de la persona agredida: sólo estaba justificado matar en defensa de la propia vida. La nueva ley establece que quien es agredido en un "domicilio" podrá utilizar "un arma legítimamente poseída o cualquier otro medio idóneo para defender la propia o ajena incolumidad, y los bienes propios o ajenos". El valor de la vida humana queda, por tanto, equiparado al de los objetos. Pero hay un matiz: el agredido tendrá derecho a responder con violencia "si no hay desistencia y existe peligro de agresión".
La gran mayoría de los jueces y abogados considera que en muchos casos será difícil establecer si hubo o no "desistencia" del asaltante. ¿Debe la persona asaltada advertir al asaltante de que va armada? ¿Debe disparar inmediatamente? ¿Debe esperar unos segundos? Muchos asaltos en hogares y comercios se realizan con poca luz y en escasos segundos. Bastará demostrar que el agresor ha dado un paso atrás o mostrado de alguna otra forma intención de huir para que el ciudadano que utiliza su "derecho a la autodefensa" sea procesado.
En fin. Menos mal que aquí, afortunadamente, no nos podemos acoger a la Segunda Enmienda, como los yankis, porque, si no, que Dios nos pille confesados...
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